domingo, 11 de septiembre de 2011

Círculos, Ronda Y Un Montón De Despejares

  Dentro de un bulbo de vidrio, obviamente sin escape, mi realidad es una sola. No hay salida, sólo un corto viaje hacia lo desconocido. Hacia donde ningún hombre ha ido jamás.
  Yendo al infinito y sabiendo que él muere más allá, creo que mi dilema está planteado. Es que no hay más aire que respirar en un mundo en el cual crecen las heces del agua. Agua completamente transparente a simple vista, pero turbia e iracunda ante la mirada experimentada.
  Un día, revolviendo mi antiquísimo cofre de recuerdos, sellado a fuego por quienes algún día me marcaron de por vida, resulté ser visionario de la nueva realidad, una llena de sinsabores completamente desprejuiciados que realmente no importan a nadie. Un verdadero ritual de placeres animales que matarían al más santo. Mi amor por las aposiciones es notable.
  Simplemente quiero recalcar que mi oposición hacia los placeres carnales de la movida no corresponden a mi impulso primal. Son sólo un mero recurso desesperado ante la marca infame de el sol que quema mis ojos.
  Entro voluntariamente en mi bulbo de luz y examino mi cofre para encontrarme con mis mas preciados recuerdos. Pensé en nunca encontrarlos.  (Continuará...)  
        
   

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