lunes, 13 de junio de 2011

Todos Los Encendedores Del Mundo

 Detrás de las puertas suelen encontrarse, en determinadas horas del día, minúsculos habitantes del reino de Pagalarcha. La principal particularidad de estos seres que nos ha llevado hoy a realizar este estudio radica en su capacidad para realizar llamadas interplanetarias a un muy bajo costo. Dicha tarea es realizada en parte por pequeñísimos obreros de casco azul que, utilizando una antena microscópica, se contactan con los diminutos satélites esparcidos casi siempre en las cocinas de algunas casas modernas. La otra parte de este trabajo, está sujeta a diversas condiciones climáticas y llevada a cabo por obreros con cascos rojos.
  Comunmente, este tipo de prácticas completamente imperceptibles para el ojo humano, requieren de días soleados y con pajaritos cantando. De haber un arcoiris, los pequeños trabajadores se reunirán bajo el y tomarán sus manos para poder así realizar la danza de agradecimiento más chica del mundo y que, nuevamente, no puede ser observada a simple vista por los seres humanos.
  Todas estas actividades, darán a luz a uno de los más increíbles actos realizados en la faz de la Tierra siendo, desgraciadamente, completamente imposible de observar.
  Con la conjugación de estos elementos lista, entrará en acción el rey de Pagalarcha que, portando el teléfono mas chico del mundo, dará comienzo a la ansiada llamada. Con la conexión lista y funcionando en su totalidad, iniciará un diálogo en un idioma desconocido con sus aliados de Plutón para pedirles una y otra vez que se dignen finalmente a invadir nuestro planeta con el fin de aniquilar a la raza humana y reinar por los siglos de los siglos. Nuevamente, el gobierno de Plutón se negará rotundamente al pedido del rey Pagalarcho argumentando que la Tierra no necesita ser más invadida de lo que ya lo está.
  En este punto, la conversación ya tomará un color mas oscuro y el rey comenzará a utilizar un tono de voz más elevado similar al aleteo de un mosquito en celo que no consigue aparearse. 
  Los Plutonianos probablemente pierdan la calma ante semejante ofensa, ya que el recuerdo de un mosquito en celo que no consigue aparearse realmente los molesta. Esto se debe a que en épocas inmemoriales, un mosquito en celo que no conseguía aparearse arrasó con la civilización más antigua de su querido planeta. Oh si. Imagínenlo.
  Es posible que el rey tome esto como un insulto válido para emprender el camino de las armas. No debería ser preocupante para los seres humanos dado su tamaño.
  Las siguientes escenas de esta charla, resultan en extremo desagradables por lo que omitiremos reproducirlas en cualquier formato posible. Dicho esto, sólo aclararemos que el citado episodio tiene lugar cada cinco o seis días,  con lo cual nos daremos cuenta de que no debemos preocuparnos en demasía.
  Para finalizar, nos despedimos con una frase de nuestro antiguo colega y benefactor Ricardo Huesterdiosis que hemos extraviado. Lo siento hijo, no habrá más frases hasta navidad.